El pequeño falleció por un paro cardiorrespiratorio en el hospital de la ciudad de Plottier. Investigan si le dieron ese compuesto químico para prevenir el coronavirus.
Un niño de 5 años murió este sábado como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio en la localidad de Plottier, en Neuquén, luego de consumir dióxido de cloro diluido en agua el viernes, según informó el Ministerio de Salud de la provincia.
En el comunicado, las autoridades señalaron que fueron los padres del menor quienes confesaron ese hecho a los médicos que le dieron atención en el hospital de esa localidad.
La víctima llegó a la guardia del centro de salud alrededor de las 0:20 de este sábado ya sin signos vitales. Luego de realizarle RCP para tratar de reanimarlo, los médicos decretaron su fallecimiento a la 1.15 de la madrugada y realizaron una denuncia policial por muerte dudosa. Las autoridades señalaron que esperan conocer esta misma noche los resultados oficiales de la autopsia para saber con mayor precisión las causas del deceso.
Según detalló el médico Rafael Palomino, a cargo de ese centro de salud, “no podemos asegurar que esté relacionado directamente con la causa de la muerte, pero sí es un antecedente importante. Porque el dióxido de cloro es tóxico tanto a nivel renal, como cardíaco, para la sangre, digestivo”. Además, señaló que se le realizó un hisopado para determinar si había contraído coronavirus.
La familia proviene del Paraje China Muerta, donde se establecieron alrededor de 120 familias y existe una Escuela Waldorf, un destacamento policial, y los sábados funciona una feria de artesanos.
Un hecho similar habría sucedido el lunes 10 en la provincia de Jujuy. Allí, un hombre falleció también de un paro cardíaco como consecuencia de una intoxicación provocada por la aparente ingesta de al menos un litro y medio de dióxido de cloro, según detalló el portal Todo Jujuy. Al llegar los médicos, el cuerpo del hombre yacía en la cama y a pesar que fue trasladado en ambulancia, murió.
Ambas muertes se producen en medio de la polémica que desataron las imágenes de la conductora Viviana Canosa, que en su programa Nada Personal (Canal 9), bebió dicha sustancia al aire, manifestando que “oxigena la sangre”.
El dióxido de cloro fue promocionado como una posible cura para tratar el Covid-19, lo que fue rápidamente desestimado por las principales autoridades sanitarias en todo el mundo.
Ante la trascendencia de este caso, el ministerio de Salud neuquino adhirió a las recomendaciones realizadas sobre el no consumo de productos que contengan dióxido de cloro, clorito de sodio, hipoclorito de sodio o derivados.
“Las recomendaciones fueron realizadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Organización Mundial de la Salud (OMS), Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT, Argentina) y Múltiples Sociedades y Organismos Científicos Iberoamericanos especializados en Toxicología”, señala el comunicado.
El dióxido de cloro es un gas de color amarillo o amarillo-rojizo utilizado como blanqueador en la fabricación de papel, en plantas públicas de tratamiento de agua y en el proceso de descontaminación de construcciones. Y es altamente tóxico: el dióxido de cloro y el clorito sódico reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y, si se ingieren pueden causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos (metahemoglobinemias, hemólisis, etc.), cardiovasculares y renales.
Asimismo, la disminución de la presión arterial puede dar lugar a síntomas graves como complicaciones respiratorias debido a la modificación de la capacidad de la sangre para transportar oxígeno. Su inhalación a través de nebulizadores puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis e incluso producir la muerte.